
En cuanto comenzamos a subir, nos encontramos con el más popular de los santos portugueses, San Antonio, en una pequeña estatua restaurada, en una iglesia con su nombre y en el Museo Antoniano. Este santo popular inspira la apología al amor. Después, encontramos la Sé Catedral (siglo XIII), un verdadero monumento, cuya imponencia y austeridad nos hacen parar y entrar para ser sorprendidos.
Foto: kjay.rm
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